Tienes que Admitirlo

 

Siempre me sentí sola, incluso cuando estaba rodeada de personas.
La familia, los compañeros de clase en la infancia y el instituto, los compañeros de trabajo, las parejas que tuve en el pasado…
Nadie llenaba ese vacío silencioso dentro de mí.

Ser introvertida me ha favorecido bastante en la vida, porque gracias a ello aprendí a estar cómoda conmigo misma.
Y entendí una verdad que pocos comprenden: hasta que no aprendas a vivir contigo mismo, nadie más podrá encajar contigo.

Tienes que aprender a disfrutar de tu propia compañía, de tu paz, de tus conversaciones con Dios y contigo mismo.
Algunos días son buenos y otros no tanto, pero nunca llueve para siempre.
Un día, sin previo aviso, tu vida hace click.
Ese día empiezas a vivir realmente contigo,
empiezas a ver la felicidad en las cosas más sencillas,
empiezas a atraer personas y experiencias bonitas a tu vida.
Y así, poco a poco, te conviertes en una persona completa.

La lectura alimenta nuestra mente, la meditación calma nuestra alma,
hablar con Dios fortalece nuestro espíritu,
escribir ordena nuestros pensamientos,
caminar nos conecta con la tierra,
correr o ejercitar el cuerpo nos recuerda que estamos vivos.

Es importante aprender a cuidarte,
tener amor propio,
cultivar un corazón servicial y ayudar a quien puedas,
pero también poner límites sanos con las personas.
Evitar problemas innecesarios.
Recordarte que no tienes por qué encajar con todos
ni ser reconocido por todos.

La verdadera paz nace cuando dejas de buscar aprobación afuera
y comienzas a abrazar la vida que llevas dentro.

"HAKUNA MATATA"