me llamo el Final
artista: Megan Gabrielle Harris
Esta mañana, al ver las noticias, me di cuenta de algo profundo:
No estamos siendo agradecidos con Dios por lo que ya tenemos.
Las personas se enfocan en ser más ricas, en acumular más, en las guerras, en los desastres naturales, en que el costo de vida sube cada día más. Todo está más caro: la comida, la vivienda, hasta estar en una relación se ha vuelto caro.
Vivimos con el enfoque puesto en lo negativo, lo malo, lo inmoral, lo injusto.
La iglesia donde congrego predica que ya no queda nada por hacer, que solo nos resta pedir perdón y buscar el perdón de Dios, porque es el fin del mundo.
Pero esta mañana, al despertar y darme cuenta de que sigo viva, de que mi hija se despertó con entusiasmo y alegría para ir al colegio, de que pude escuchar la voz de mi amado esposo… solo pude decir:
Gracias, gracias, gracias.
Quiero llorar. Me conmueven las cosas que están ocurriendo en el mundo.
Y si por un momento, por solo unos segundos, detengo el tiempo…
Si dejo de vivir en el presente y empiezo a vivir al ritmo de los demás, de la sociedad, de los problemas globales…
Me pregunto:
Cuando decida sentarme un día en mi terraza, en una silla, con mis manos arrugadas y mi piel llena de historia, y pueda sentir los rayos del sol acariciando mi rostro…
¿Estaré viviendo para mí?
¿Para Dios?
¿Para la sociedad?
¿Para la comunidad?
¿Para la iglesia?
¿Para quién?
Ahora mismo, sentada en mi escritorio escribiendo esto, pienso…
Creo que estoy viviendo por cumplir las normas de la sociedad, pero no por mí.
Despierta, Omega.
Despierta y vive tu verdad.
Porque la vida es demasiado breve para vivirla siendo solo un reflejo de lo que el mundo espera de ti.
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