cárcel
Creo que las puertas de mi cárcel a veces se abren y a veces se cierran.
"Muchas veces nos acostumbramos a nuestra celda"._ Lama Rinchen:
“nuestra mente es la cárcel”.
Aprender a estar agradecidos y satisfechos con la vida es vivir en libertad.
Según entendí, todo depende de nuestra actitud ante la vida y sus situaciones.
Es fácil de comprender, pero aplicarlo ya no lo es tanto.
No digo que sea imposible o difícil; es un entrenamiento constante.
Debemos trabajar en ello, porque somos humanos:
nos caemos y nos volvemos a levantar, una y otra vez.
Amémonos tanto que no dejemos espacio para las energías negativas,
los malos pensamientos que invaden la mente, la desesperación, la angustia, los traumas del pasado.
Somos seres imperfectos, pero con la libertad de aceptar, soltar y empezar de nuevo.
Es difícil, sí, pero posible.
Si soy honesta, estoy profundamente agradecida.
Agradecida por todo lo que Dios me está dando en esta etapa de mi vida,
y agradecida también por el futuro y todo lo que traerá para mí.
¿Estoy satisfecha con mi vida?
Diría que mi yo del pasado sí lo estaba, porque era conformista.
Mi nuevo yo ya no está satisfecha.
Mi nuevo yo está agradecida por tener a M en mi vida y a mi familia,
pero también sabe que merece más de la vida,
porque todos los seres humanos merecemos vivir en plenitud.
Tenemos que mantenernos positivos ante la adversidad.
Tenemos que aprender a negarnos a aceptar las derrotas como finales.
Levántate cada vez que caigas.
Solo levántate, porque sé que lo conseguirás…
a menos que decidas volver a cerrar la puerta de tu celda y quedarte como prisionera para siempre.
Hoy te invito a elegir la libertad.
Elige ser libre.
Elige abrir la puerta y salir de tu propia cárcel.
Porque ahí afuera, más allá del miedo, está la vida que siempre soñaste.
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