Soy la fuerza
Artist: Mochembe n'jele kolo tukima kolo n'jebe! M'bulu m'bulu
Teniendo en cuenta en términos de elección personal si al nacer pudiese haber elegido vivir mi vida no desde el papel que me impusieron donde se redujo mi existencia por ser mujer a llevar la función domestica y no la versión de mujer africana guerrera que existió.
Las fuentes
históricas describen a los Fang como un pueblo de gran fortaleza. Según los
registros del siglo XIX, se les consideraba hábiles guerreros y cazadores, un
grupo que avanzó desde el interior hacia la costa con determinación y
disciplina. Estas descripciones, sin embargo, se refieren al conjunto del
pueblo. No distinguen géneros ni detallan la participación específica de
hombres y mujeres en las actividades mencionadas.
En cambio, la
tradición fang transmitida por vía oral sí establece roles diferenciados. Donde
los hombres ocupaban los espacios públicos —como la guerra, la caza y la
autoridad—, mientras que a las mujeres se les asignaban tareas domésticas,
maternidad y funciones comunitarias. Debido a esta estructura, las crónicas
coloniales y los primeros estudios antropológicos no registraron a mujeres fang
como “guerreras”, aunque tampoco se puede concluir que no existieran figuras
femeninas fuertes, líderes o estratégicas.
La ausencia de
documentación responde más a los sesgos de quienes escribieron la historia que
a la realidad completa del pueblo.
Según mi
criterio y razonamiento no estoy en desacierto porque vengo de un linaje de fuerza,
no de sumisión. Me hace consciente de lo
que la tradición perpetuó, y con derecho a reivindicar una identidad más auténtica
y personal. Nunca sentí la conexión con la versión heredada cultural que se transmitió
tradicionalmente porque se centra únicamente en roles masculinos. Y no en reconocer
que también pertenece a sus mujeres, incluso si no quedó registrada en los
textos.



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